miércoles, 13 de septiembre de 2017

Juegos Olímpicos de la Juventud: Los que fueron y los que vendrán.

Por un lado nos encontramos con los recuerdos, experiencias, amistades que se forjaron y consejos. En frente aparecen los nervios, la ansiedad y las ganas de seguir rindiendo al máximo para llegar al objetivo. Todo ese cóctel de sentimientos se presenta en la previa de una nueva edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud (YOG, por sus siglas en ingles) “Buenos Aires 2018”. 

Ramiro Núñez nació en Pérez, provincia de Santa Fe. Juega al vóley desde los doce años, hoy tiene veinticinco, conforma el plantel de Monteros y supo pasar por las diferentes categorías juveniles de la selección argentina. Respaldado por su buen rendimiento fue uno de los doce juveniles que llenó la valija de ilusiones y se colgó la medalla de plata en Singapur 2010, la primera edición de los YOG, tras una memorable victoria ante Rusia y la posterior caída frente a Cuba. “El segundo puesto que obtuvimos en Singapur la tengo como uno de mis mayores logros. Llegamos con la mente puesta en un objetivo y lo cumplimos. Es una medalla olímpica y que sea de juveniles no le quita ningún merito.”, expresó Núñez.
 
Núñez en acción. Foto: Somos Voley.
-¿Qué te pareció la decisión de crear los Juegos Olímpicos de la Juventud?
-Fue una iniciativa muy buena. Te permite obtener experiencia olímpica siendo tan joven. Quizás la escala es menor, pero no hay muchas diferencias con un Juego Olímpico de mayores. Te permite ver una realidad de la que no tenés dimensión a esa edad. Te encontrás con un nivel de preparación y de juego muy alto. En lo personal los disfrute un montón, tanto en lo deportivo como fuera de la propia competencia. Me sentí un atleta profesional y te tratan como tal.

Este evento multideportivo surgió como una respuesta a la preocupación que originaban las altas tasas de obesidad infantil y la poca predisposición de los jóvenes a participar en actividades deportivas. La educación, la solidaridad y la cultura son pilares importantes en la formación del espíritu deportivo que se busca inculcarles a los atletas en desarrollo. “La experiencia extra deportiva fue muy interesante. Nos mostraban como era cada país, su estilo de vida y la cultura. También esta buenísima la convivencia, dentro de la Villa Olímpica, con tus compatriotas. Por más que representemos al mismo país, con muchos no hay una relación previa y allí se forja una linda unión. Tiramos todos para el mismo lado y celebras o lamentas sus resultados.”, destacó.

-¿Cómo ves la selección de nuestro país como sede para 2018?
-Es algo muy bueno. Permite tener una infraestructura importante y demostrar a qué nivel estamos, pensando en la posibilidad de recibir un Juego Olímpico de mayores. Sirve también como incentivo a futuro para los chicos.

La selección de plata en Singapur: Foto: Somos Voley.
Ramiro cumplió el sueño de muchos jóvenes: participar en estos juegos, representar a su país y obtener una medalla. Y en el cierre, les brinda su consejo a todos los chicos que hoy se siguen preparando para dejar la bandera celeste y blanca en lo más alto. “Que lo disfruten, principalmente eso. Que compartan cosas con las demás delegaciones, aprendan sus culturas y como entrenan, ya que eso sirve para el crecimiento. Hace algunos años era impensado ser olímpico con dieciocho años, tienen que dar todo porque es una única oportunidad.”, culminó.

Caterina junto a Belén Aizen. Foto: Facebook Caterina Benedetti.
En la vereda opuesta, encontramos a Caterina Benedetti. Ella tiene 17 años, juega de lateral en Sedalo y compone la selección juvenil de Beach Handball. A casi un año de los juegos, sabe que debe esforzarse al máximo para obtener su lugar y ser parte del gran evento. “Tener la posibilidad de ser olímpica con tan solo 18 años es algo que se vive una sola vez y me genera una mezcla de sensaciones. Por un lado siento felicidad, porque es algo que siempre soñé junto a mis compañeras, y también nervios, ya que es una experiencia que la vamos a vivir por primera vez.”
 
“Las Kamikazes”, así se hacen llamar las chicas, atraviesan una Olimpiada fenomenal y son candidatas para engrosar el medallero argentino. Dirigidas por Leticia Brunati lograron el oro en el Panamericano Juvenil de Asunción y obtuvieron la medalla de bronce en el Mundial que se disputó en las Islas Mauricio. 

-¿Estos resultados positivos obtenidos en la previa, sirven para motivar o generan presión?
-Un poco de las dos. Lo tomamos como una motivación para no conformarnos con pasar de zona y poder pensar en llegar a semifinales, obteniendo una medalla. Un poco de presión también genera. Ocupamos el tercer lugar a nivel mundial y la gente no va a esperar menos.

Las chicas festejan el bronce mundial. Foto: Play Handball.
Al igual que en todos los deportes, ser anfitrión siempre te otorga un plus. No se acumulan horas de vuelo, no hay que acoplarse a las diferencias horarios y, quizás lo más importante, contás con todo el apoyo de los tuyos. “Ser local es un condimento extra, estoy muy contenta con eso. No es lo mismo cuando el torneo es en otro país y nos toca viajar, acá el ambiente es muy distinto”

-¿Crees que tu participación en los YOG puede marcar un nuevo comienzo en tu carrera?
-Creo que sí. Estos juegos pueden llegar a ser un antes y un después. Es un torneo completamente distinto a los anteriores en los que participé. También va a depender mucho del resultado obtenido.

Nos encontramos dos historias diferentes, la de un adulto que se desempeña de manera profesional, formado por las distintas vivencias de su juventud, y la de una adolescente que persigue y se esfuerza por sus sueños. Ambos tienen algo en común: dejan todo y se emplean al máximo para representar a su país de la mejor manera.

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