Un personaje importante y
respetado de los zonales, tres veces campeón con más de veinte triunfos. Se
autodefine como un piloto aguerrido. Hoy en día atiende su escudería y le
transmite sus experiencias a los pilotos jóvenes.
Miguel
Caamaño nació el primero de junio de 1965 y desde chico su corazón palpitaba al
ritmo de los motores. "Le robaba las tapas de las ollas a mi mamá, me
acostaba y simulaba que manejaba. Toda la vida quise correr, no hay otro
deporte que me guste como este", recordó el oriundo de Lomas de Zamora.
Primero fue en Motos Super Bike, luego llegó a los Fiat 600 Amigos, donde fue
campeón en 1997 y 2002 y subcampeón 1996, 1999 y 2005. Es el segundo piloto con
más victorias en la categoría (20 triunfos). Los últimos años de su carrera
transcurrieron en el TC Platense, categoría en la que también fue monarca.
-¿Cúal
es la categoría en la que más disfrutaste participar?
-Los 600 Amigos, fue la categoría donde pude salir campeón dos veces. Las
carreras eran muy entretenidas y preparábamos los autos nosotros completamente.
Lo hacíamos con mucho cariño.
Tras
veinte años de trayectoria, debió parar. "El automovilismo tiene una
parte, que es la económica, que a veces nos deja. Siempre quedan las ganas de
correr, cada vez que pongo un motor en marcha la locura por subirme es
impresionante" afirmó.
Luego del retiro, formó su propio equipo para seguir ligado al automovilismo.
El Caamaño Racing, en Llavallol, tiene a su cargo autos de Fiat 600 ATN y TC
Regional.
-¿El
pasaje de piloto a jefe de equipo se dio naturalmente?
-Se fue dando sólo, con dificultades. Necesitas alguien que tenga conocimiento
sobre la mecánica del auto. Yo corría y me preparaba el auto, entonces era
mucho más fácil. Me gusta ser parte de la enseñanza, no quiero que los pilotos
cometan los mismos errores que yo.
Miguel
consiguió veintiséis victorias, pero siempre hay una especial. "Fue en el
Mouras de La Plata, en la última vuelta. Me tiré por afuera en la primera curva
y pase al puntero con dos ruedas por el pasto. ganar en el final genera una
adrenalina especial", recordó.
¿Cómo
ves al automovilismo zonal hoy en día?
-El zonal se está volviendo muy profesional, Antes se organizaban peñas para
juntar plata, los autos eran puramente de taller. Hoy tienen motores y chasis
de preparadores expertos. A los que tenemos taller propio nos cuesta cada vez
más, pero nos llena de orgullo vencer a vehículos preparados por personajes de
renombre. Aunque en la actualidad se está complicando mucho. Como decía
Traverso: "es un deporte de ricos que queremos hacer los pobres". El
TC Mouras gasta treinta neumáticos por fin de semana y nosotros usábamos los
que les sobraban a otras categorías. Hoy, la billetera manda por sobre la
pasión.
Caamaño,
con su vasta experiencia, es una voz autorizada para opinar sobre la actualidad
del deporte. Es de los pocos preparadores que aún arma sus vehículos
artesanalmente. Algo que es parte de la esencia del automovilismo zonal y que
cada vez se aprecia menos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario